lunes, 23 de junio de 2008

Té verde y antibióticos

Esta infusión puede aumentar la eficacia de algunos antibióticos en su lucha contra las bacterias más resistentes
En el último encuentro de la Society for General Microbiology, celebrado en Edimburgo el pasado mes de marzo, el científico egipcio Mervat Kassem de la Universidad de Alejandría, en Egipto, presentó los resultados de su reciente estudio en el que demuestra la efectividad de la combinación de antibióticos y té verde frente a 28 microorganismos patógenos causantes de enfermedades. En esta investigación, todavía en fase preliminar, el té verde aumentó la actividad bactericida de todos los antibióticos probados.

Aumento de la eficacia contra las bacterias
El té verde ("Camelia sinensis") es una bebida muy común en Egipto, que la gente consume incluso cuando está enferma, junto con los medicamentos. Por esta razón los investigadores han querido comprobar cómo podría intervenir concretamente en la acción de algunos de los fármacos más ampliamente consumidos, como son los antibióticos. Los resultados iniciales, aunque todavía no se han comprobado en personas, han demostrado que la infusión de té verde, además de mejorar la eficacia de los antibióticos, también parece reducir la resistencia que algunas bacterias han desarrollado frente a los medicamentos de este tipo.

Los polifenoles que conservan sus hojas juegan un papel importante en la lucha contra las bacterias

Aunque el efecto protector del sistema inmunitario hace que la gran mayoría de las bacterias sean inofensivas, algunas son patógenas y pueden causar enfermedades infecciosas, como el cólera, la salmonella y el ántrax, entre otros. Los antibióticos son efectivos porque inhiben diversos procesos del ciclo de vida de estos microorganismos.

En el estudio egipcio se ha observado que el té verde beneficia la acción de los antibióticos de amplio espectro como la tetraciclina, que inhibe el crecimiento bacteriano, y el cloranfenicol, que actúa penetrando en el microorganismo y uniéndose a las estructuras que sintetizan las proteínas, de forma que impide su crecimiento y su desarrollo. Concretamente el efecto aniquilador del cloranfenicol administrado junto al té verde aumentó en un 99,9% en comparación con su administración en solitario.

Los polifenoles del té
Los polifenoles, compuestos químicos esenciales en la fisiología de las plantas, intervienen en la pigmentación, el crecimiento, la reproducción y la protección contra plagas. Algunos dependen de la luz solar, por lo tanto, se encuentran en mayor concentración en las hojas y partes externas de la planta. Su contenido varía en las diferentes plantas. En el té verde destacan cuatro polifenoles, comúnmente llamados catequinas. Algunos de ellos parece ser que con un papel interesante en la lucha contra las bacterias.

Dos de los antibióticos más ampliamente usados son la penicilina y la cefalosporina. Son bactericidas, es decir, matan a la bacteria. Lo hacen uniéndose irreversiblemente a ella e impidiendo que forme la pared celular imprescindible para su vida. Dos de los principios activos presentes en el té, la epicatequina galato y la epigalocatequina galato son polifenoles que, a altas concentraciones, han demostrado en laboratorio y al microscopio electrónico, cómo son capaces de modular la resistencia a los antibióticos de uno de los microorganismos más peligrosos, el "Staphylococcus aureus" y, además, se ha observado que también podrían ser capaces de dañar sus membranas celulares.

Esta es una bacteria que se encuentra en la piel y las fosas nasales de las personas sanas y que puede causar infecciones cuando traspasa las barreras naturales de los tejidos. Puede provocar desde abscesos cutáneos hasta enfermedades que pueden poner en peligro la vida como neumonía, meningitis, endocarditis, síndrome del shock toxico (SST) y sepsis.

Según diferentes estudios realizados desde varios centros de investigación los principios activos del té verde son capaces de inhibir en gran medida a unas proteínas que produce la bacteria patógena, que son sus armas para defenderse del antibiótico e impedirle actuar. En la actualidad, el uso de las catequinas no es suficientemente conocido, por lo que científicos de la School of Farmacy de la Universidad de Londres, expertos en el tema, aseguran que las investigaciones en este sentido están garantizadas.

Es necesaria la continuación de los estudios para comprobar el efecto antimicrobiano de los extractos de Camelia sinensis "in vivo" y poder desarrollar inhibidores de los mecanismos que utilizan las bacterias para hacerse resistentes frente a los medicamentos.

Efectividad antimicrobiana
La actividad antibacteriana del té viene determinada en parte por su grado de fermentación y por la estación de recolección y manufactura para su venta. El té verde procede de la misma planta que el té negro ("Camellia sinensis"), y se obtiene secando las hojas por acción del vapor (sistema japonés) o por el calentamiento (sistema chino). Estos procesos casi no alteran su composición química. Las hojas del té verde no se dejan fermentar después de cosechado y antes del proceso de secado, para que retenga los ingredientes activos de la planta, los polifenoles.

Centros de investigación como la University of Memphis en Estados Unidos o la National Taiwan University han observado como los tés menos fermentados conservan de forma excelente su potencial antimicrobiano, al igual que otros que si son preparados durante el verano presentan más cantidad de polifenoles que si se preparan para su venta en otoño, invierno o primavera

domingo, 8 de junio de 2008

Expertos reavivan el debate sobre teléfonos celulares y cáncer

No existe certeza de que causen daño, aunque tampoco de que sean seguros

NUEVA YORK.- ¿Qué saben los neurocirujanos sobre la seguridad de los teléfonos celulares que el resto de nosotros desconoce?

La semana pasada, tres prominentes neurocirujaqnos dijeron al entrevistador de CNN Larry King que ellos no colocaban sus teléfonos celulares cerca de sus oídos. "Pienso que una práctica segura -dijo el doctor Keith Black, cirujano del Centro Médico Cedars-Sinai de Los Angeles, Estados Unidos- es utilizar un audífono para mantener la antena de microondas lejos de su cerebro."

El doctor Vini Khurana, un profesor asociado de neurocirugía de la Universidad Nacional de Australia, que es conocido crítico de los celulares, dijo: "Lo uso en el modo speaker. No lo coloco cerca de mi oído." Y un columnista de la CNN, el doctor Sanjay Gupta, neurocirujano del Hospital Universitario Emory, dijo que al igual que Blake él utiliza un audífono.

Al igual que el reciente diagnóstico de glioma recibido por el senador Edward M. Kennedy, un tipo de tumor que los críticos han asociado desde hace tiempo con el uso de teléfonos celulares, las declaraciones de los tres médicos han ayudado a reavivar el debate sobre la relación entre los celulares y el cáncer.

El supuesto vínculo entre ambos ha sido ampliamente desestimado por muchos expertos, incluyendo a instituciones como la Sociedad Americana del Cáncer, de los Estados Unidos. La teoría de que los celulares causan tumores cerebrales "desafía la credulidad", dijo el doctor Eugene Flamm, jefe de neurocirugía del Centro Médico Montefiori.

De acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, según siglas en inglés), de los Estados Unidos, tres amplios estudios epidemiológicos realizados desde 2000 no han mostrado efectos dañinos. La FDA agrega que, de todos modos, el promedio de tiempo de uso del celular en esos estudios fue de cerca de tres años, de modo que la investigación no responde los interrogantes relacionados con una exposición prolongada.

Los críticos dicen que muchos de los estudios presentan esa falla y que además tampoco distinguen entre uso casual y uso frecuente.

Los teléfonos celulares emiten radiación no ionizante, ondas de energía que son demasiado débiles como para romper lazos químicos o causar daños en el ADN que causan cáncer.

No existe un mecanismo biológico conocido que explique cómo la radiación no ionizante podría causar cáncer.

Mecanismos desconocidos

Pero los investigadores que han hecho pública su preocupación dicen que sólo porque la ciencia no pueda explicar esos mecanismos no significa que no existen. Las preocupaciones se han centrado en el calor que generan los celulares y en el hecho de que la frecuencia de radio son absorbidas mayormente por el cuello y la cabeza. En estudios recientes que sugieren que existe un riesgo, los tumores tendían a aparecer en el mismo lado de la cabeza en que los pacientes típicamente apoyaban el teléfono.

Como la mayoría de la investigación al respecto, los estudios son observacionales y muestran sólo una asociación entre el uso de celular y el cáncer, no una relación causal.

Algunos de esos estudios sugieren un vínculo entre el uso de celular y tres tipos de tumores: glioma; cáncer de la parótida, una glándula que se encuentra cerca del oído; y neuroma acústico, un tumor que aparece esencialmente en el punto en que el oído y el cerebro se encuentran. Estos tumores son infrecuentes, de modo que incluso si el celular aumenta el riesgo, ese riesgo seguiría siendo muy bajo.

El año pasado, la revista The American Journal of Epidemiology publicó información de un estudio israelí que halló un riesgo un 58% más alto de tumores de las parótidas en grandes usuarios de celular. También el año pasado, un análisis sueco de 16 estudios publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine mostró que el riesgo de neuroma acústico y de glioma se duplicaba después de 10 años de mucho uso de celular.

"Lo que estamos viendo son indicios en estudios epidemiológicos que han observado a personas que usaron los celulares durante 10 o más años -dijo Louis Slesin, editor de Microwave News , publicación de la industria-. Hay hallazgos muy desconcertantes que sugieren un problema, aunque es demasiado temprano para sacar conclusiones."

Algunos médicos dicen que la preocupación real no son los que han usado los celulares por muchos años, que comenzaron a utilizarlos de adultos, sino los niños que están comenzando a usar los celulares hoy y que tendrán una exposición de toda la vida.

Para quienes se preocupan por la existencia de un riesgo, una solución simple es usar audífono. Por supuesto, esa opción no siempre es conveniente, y alguno críticos se han mostrado preocupados sobre los dispositivos inalámbricos como el Bluetooth, que colocan un transmisor en la oreja.

El miedo es que incluso si el riesgo individual de usar celular es bajo, con tres mil millones de usuarios en todo el mundo, incluso un riesgo minúsculo pueda se convertiría en un gran problema de salud.

"No podemos decir con certeza que los celulares son o no seguros -dijo Black-. Mi preocupación es que con la difusión del uso de los celulares, el peor escenario es que el estudio definitivo sobre el tema aparezca dentro de 120 años, y que hallemos que existe una correlación" entre el uso celular y el cáncer.

Por Tara Parker-Pope De The New York Times
Diario La Nacion. Suplemento Ciencia / Salud.- 8-6-2008